Para Marta todo era " blanco o negro ". Si se peleaba con una amiga, pensaba que nunca tendría amigos; cuando suspendía un examen, creía que nunca podría aprobar.
Todo ello la desanimaba mucho, porque estaba convencida de que no tenía solución . Estaba desmotivada y no estudiaba porque, ¡ total !, nunca se aprendería la lección. Cuando le pasaba algo bueno, no lo valoraba. Si realizaba una actividad con éxito pensaba que le había salido bien porque era fácil y que todo el mundo lo haría bien. En cambio, cuando algo le salía mal, se echaba la culpa.
Un día invitó a sus amigas a merendar en el parque, y llovió durante todo el día. Así que pensó:
¡Debí elegir otro día!
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