Hace muchos siglos, cunado aún no se habían inventado las grúas ni los ascensores, se organizó un curioso concurso en el país de Creatilandia.
Para ganarlo, un hombre solo, saltando, tenía que coger con la mano una manzana de oro colgada a cuatro metros de altura. Durante meses, mucha gente estuvo saltando sin connseguirlo, y todo el mundo comenzó a pensar que era imposible.
Pero un día llegó un carpintero con un tablón de madera muy flexible. Lo sujetó horizontalmente con unos troncos a menos de un metro del suelo . La gente miraba con curiosidad aquel artilugio.
El carpintero tomó carrerilla y saltó sobre un extremo de la tabla, que lo impulsó hacia arriba. Acababa de inventar el trampolín y así fue cómo pudo alcanzarla manzana de oro.
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