Aquí tenéis una historia inventada hecha por mi.
No era fácil resolver este este rotundo misterio, pero Andrew lo hizo. Scott Andrews es un detective británico que gracias a él resolvieron el misterio del asesinato de William Rush, un famoso vendedor ambulante.
Pero este caso era diferente: un muerto había resucitado del cementerio sin dejar rastro. Valeria, de tan solo 2 meses, murió por la caída del avión en su casa. La pequeña sufrió daños cerebrales y heridas graves, luchó por vivir, pero su vida no pudo con aquellos dolores.
La noche oscura y fría del 1 de noviembre de 2003, sus padres fueron a visitar el cadáver, pero algo les sobresaltó ¡El cadáver no estaba en su caja!
Menos mal que el detective Andrews fue rápidamente a resolver aquella desaparición tan misteriosa. Empezó analizando las oscuras y pequeñas huellas que había dejado el sospechoso.
No fue fácil descubrir quien hizo esa miserable acción. Scott estudió durante horas y horas, hasta que dio con el culpable. Fue Tomas Brown, el malvado de la ciudad que tenía antecedentes penales. Fue duro, pero mereció la pena.
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