Érase una vez una niña llamada Caperucita Roja por su roja caperuza. Un día fue a llevarle a su abuelita una cesta llena de comida, pero se encontró al malvado lobo que quería comerse la comida de la cesta, pero ella no lo sabía.
Lobo: Caperucita, caperucita ¿adónde vas?
Caperucita: Voy a casa de mi abuelita y le voy a llevar la comida de esta cesta. Es que está enferma y yo quiero que se cure.
Lobo: Y¿me darías un poquito?
Caperucita: Lo siento, pero voy a llegar tarde y mi abuelita se va a enfadar.
Lobo: No te preocupes, te enseñaré un atajo.
El lobo le mostró a Caperucita el camino más largo y él se fue por el más corto. El lobo se fue derechito a casa de la abuelita de Caperucita Roja, la encerró en el armario, se puso su ropa, esperó a que llegara Caperucita, y ...........
¡Si quieres saber más, léelo! ¿O ya te lo sabes?
Caperucita: Lo siento, pero voy a llegar tarde y mi abuelita se va a enfadar.
Lobo: No te preocupes, te enseñaré un atajo.
El lobo le mostró a Caperucita el camino más largo y él se fue por el más corto. El lobo se fue derechito a casa de la abuelita de Caperucita Roja, la encerró en el armario, se puso su ropa, esperó a que llegara Caperucita, y ...........
¡Si quieres saber más, léelo! ¿O ya te lo sabes?
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