En su camita de tierra
descansa la semillita dorada;
algunas gotitas de lluvia
entraron a despertarla.
El sol se acercó un poquito
y le regaló su calor.
La semilla rompió su traje,
hizo fuerza, se estiró.
Se asomó muy curiosa
y el mundo descubrió
así la semilla dorada,
en planta se convirtió.
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